Andres Ramirez

Sobre mi obra.

Con mis cuadros busco explorar mi subconciente y mis sueños. Esto a su vez lo presento como una mancha de Rorshack para que el espectador también pueda cuestionarse su contenido subconciente por medio del cuadro. 
Por esto me gusta escuchar las interpretaciones de mis cuadros, ya que tienen un contenido de “historia” y “suceso” pero que yo no he decidido. Yo créo el lugar y la escena de la imagen que pinto con una lógica interna pero no con una desición sobre la historia que se narra en la imágen. Por lo tanto, la interpretación de esa historia depende de cada espectador. Tanto mi propia lectura, como la de los espectadores, de la historia que narra mi cuadro me interesa porque creo que revela una parte del estado subconciente que estamos manejando en el momento de observar la obra. Esto revela cierto contenido subconciente de manera similar a la libre asociación del psiconálisis.

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Durante mi desarrollo como artista me he visto fascinado por las formas y su gran contenido de significado. Como un puede leer una función, una historia y una intensión en algunos casos, de objetos inertes o pausados.
Al ver los objetos en dibujo, renderizados en línea, sin sombra ni textura, me parece que se revela ciertos detalles de su naturaleza. Por lo tanto, mis cuadros, sin color pero con efectos de luz selectivos, me ayudan a mostrar cierta naturaleza de lo que represento. Me ayudan a cargar de significado imágenes que representan escenas de un mundo imaginario surgido de mi subconciente.

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Desde mi adolescencia descubrí que si dibujaba escenas sin una intención definida terminaba repitiendo ciertas escenas una y otra vez. Luego empecé a notar que esas escenas representaban muy bien el estado mental o emocional en el que me encontraba en esa época. De cierta forma esas escenas, imágenes, revelaban lo que yo no podía procesar concientemente sobre mi realidad. También empecé a notar que al ver imágenes de otros artistas, encontraba significados que el artista no había puesto en la imágen. En ocasiones eran siginificados que me ayudaban a entenderme y con los que me podía identificar profundamente, aunque en principio el artista no los había intencionado de esa forma. Por lo tanto, llegué a la conclusión de que el crear un cuadro con un alto contenido figurativo coherente, podría servir como una imágen de rorshack si se realiza de la manera más intuitiva posible. Ya que entre menos intención conciente le ponga a las desiciones gráficas de la escena, más vendrían esas desiciones de mi subsonciente. Por lo tanto la imagen quedaría cargada de una coherencia y sentido proveniente del subconciente y no el conciente, así permitiendo no solo que la imágen revele mi estado actual, si no que también permita al espectador derivar sus propias interpretaciones en relación a su propio estado emocional y psicológico, levándolo a reflexionar sobre su lectura e interpretación del cuadro.